El llamado de Lucifer
Todo comenzó en el 2008. Fueron años de dedicación y fe en el dios estéril cristiano y sus ángeles inservibles. Fueron años dedicados a él para terminar sufriendo siempre bajo el capricho del dios inservible, impotente, ese que dicen que todo lo sabe y todo lo puede. De mostrarme soluciones para luego quitármelas, de pasarme el plato de comida por la nariz para no dejármelo comer. Ahí, en ese bendito año decido pasarme al más profundo y racional ateísmo. Orar, no orar, blasfemar contra el inservible o adorarle era exactamente lo mismo, nada cambiaba. Todo ello me terminó de convencer de que allá arriba, en el "reino de los cielos" no había nada más que firmamento. Pasaron casi 10 años. Me hundí en mi pensamiento, en mi razón y en el más profundo existencialismo filosófico. Me sentí más libre que nunca, pude pecar todo lo que quise, pude blasfemar abiertamente a lo largo y a lo ancho sobre el impotente y sus ángeles imbéciles, y nada pasó. Nada en absoluto. Nada pasa